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lunes, 22 de abril de 2013

Riesgo, emoción performance




Si la sociedad contemporánea está marcada por híper individualismo competitivo, narcisismo dirigido, crisis del sentido, pluralidad de códigos, complejidad, contingencia y riesgo no debe sorprendernos que el subsistema deportivo siga el mismo andamiento. Se habla de sociedad del riesgo (Beck 2000) y no es una contingencia la actual proliferación de deportes extremos y de riesgo; se habla de "sociedad del experimentado" Schulze (1992) y el deporte es uno de los ámbito más importantes donde vivir fuertes emociones; se habla de sociedad de la performance (Bausinger 2009) y el deporte de marcas confirma la tendencia.
En cuanto a la definición de sociedad de Beck (2000), podemos interpretar el deporte como un espacio donde los individuos experimentan de forma voluntaria el riesgo para después hacer frente, en mejores condiciones, al riesgo social de un futuro incierto (Sánchez 2003b). Los neo-deportes nacen alrededor de los ochentas, justo cuando la crisis del Estado del Bienestar se hace evidente. Los riesgos dejan de ser colectivos y se privatizan, cayendo desde el Estado sobre los individuos. Ante una sociedad cada vez más reflexiva, donde la percepción de la contingencia (social, política, económica, ecológica, etc.) y de las incertidumbres futuras va en aumento y donde los individuos deben enfrentar riesgos calculados y planificados para evitar riesgos contingentes de futuro amenazador, el sistema deportivo genera un ámbito nuevo, los neo-deportes de aventura o los extremos, donde encontramos situaciones análogas y percepciones comparables a las que se dan en el sistema sociocultural. Por lo tanto el deporte puede ser tratado como uno de los más importante mecanismos rituales de los que se ha dotado nuestra cultura para su reproducción. Los neo-deportes de riesgo no sólo satisfacen la necesidad de un encuentro placentero con la naturaleza y de retorno del espacio natural, sino ante todo funcionan como campos de vital ritualización del riesgo y interpretación de las diferentes éticas de contingencia de la sociedad contemporánea.

Schulze (1992) habla de "sociedad del experimentado". Es una sociedad que no establece más valores, que no supera tareas y no alcanza objetivos a largo plazo. Esta sociedad está en cambio orientada a proyectar a corto plazo y a generar experiencias que puedan transmitir una satisfacción emocional. Esta tendencia ha tenido repercusiones en el deporte, que se concentra cada vez más en el récord, en las performances extremas, en las grandes victorias y los ganadores excepcionales (los medios de comunicación contribuyen porque no problematizan) y se caracteriza por una constante búsqueda hedonística, al punto que a menudo la diversión no es una forma inmediata de experiencia sino una obligación social de lograr vivir algo como puro placer. En la vida cotidiana toman relevancia el espectáculo y la intensidad, lo que lleva a la formación d neo-tribu, comunidades emocionales temporales que tienen lugar en medio de la neutralidad y transparencia generalizada que caracteriza la sociedad post-moderna (el que sea efímero es una parte indispensable de su atracción) (Maffessoli 1990). Significativos ejemplos de neo-tribalismo son las uniones masivas típicas de los espectáculos, como los partidos de fútbol: los espectáculos que nos concentran nos atraen hacia esta intensidad porque queremos (o necesitamos) tomar estos eventos como extraordinarios en nuestra vida rutinaria.

Pero el deporte ofrece más: ofrece la posibilidad, a pesar de derrotas, de llegar al récord. Vivimos hoy en la sociedad de la victoria y del alto rendimiento, donde la competición es una importante categoría interpretativa de lo social pero donde no hay lugar para una cultura de la derrota (Bausinger 2009). Sin embargo el deporte tiene una fuerte potencialidad en este sentido, porque enseña a incluirla en el proceso existencial como elemento ineludible de la vida. Para poder ganar, la derrota tiene que ser elaborada según el típico movimiento del cabeceo de la nave: cada caída tiene que ser utilizada para volver a levantarse y lanzarse hacia lo alto, hacia la victoria.

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